Campoamor 2017: "Por vosotros"

Las promesas de septiembre y la realidad de octubre suelen venir precedidas de la ilusión de junio y el cosquilleo de julio. A los que unos llaman verano y otros agosto, hoy me quiero acordar de esa minoría que decidió llamar vacaciones a "volver a casa".

Hoy me quiero acordar de los que inspeccionaron el terreno antes que nadie. De aquellos que vieron como abrían una jodida tienda de chucherías al lado de su punto de reunión. De los que elegían bakotas como lugar para despedir el verano. Y de los que apostaron por Xairo con tal de "amanecer en casa".

No menos importantes esos que reciclaron la palabra guateque, para acercarnos la de botellón con su "botelleo particular". Esos que mimaron el recuerdo de una fiesta de disfraces única y que hemos sido incapaces de que perdurara. Y esos, que por cercanía, chiringuito o amistad decidieron bajar a la playa menos grande.

"Por veros reír" fue lo que le dijo mi padre a mi madre hace 10 años cuando ella le preguntaba porqué Campoamor. "Las pandillas de aquí son especiales, lo entenderás con el tiempo" Fue lo que me dijo el primer día de verano de hace años. "Nosotros nos cogíamos los coches y nos íbamos a Torrevieja o la Curva, pero al final nos cansamos y siempre nos quedábamos aquí" Fue la primera batallita que se atrevió a compartir conmigo. Y que razón tenía, nos ha pasado lo mismo.

Este verano he estado 6 días en Campoamor. Me ha dado para un par de fiestas, alguna resaca, un par de aperitivos y una más que conocida despedida. Y duele pensar y sobre todo saber, que los veranos como los conocíamos desaparecerán como aparecieron por sorpresa. 

¿Crónica de una muerte anunciada?
Pues sí, era mi idea. De hecho cuando me fui, fue la primera vez que no me dolía irme. Fue la primera vez que me fui de Campoamor sin la sensación de que me habían faltado días y alguna madrugada para conseguir el amanecer perfecto. Esto fue lo que escribí: 

"Está sobrevalorado. No sólo el verano, también el tiempo libre. Amante de los reencuentros y no tanto de las despedidas hoy decimos adiós. Con la sensación infinita de que el tiempo nos ha ganado otro verano más y que vendrán tiempos distintos, diferentes.

Campoamor, volviste a ser el mejor ladrón de momentos. Espero seguir quejándome de ti el año que viene. significará que sigo despertando en casa, que al fin al cabo es lo más importante."


Hasta hoy. Que me ha llamado mi madre, que está en Campoamor recogiendo la casa y me ha dicho "Esto está vacío, la gente se ha ido" 

¿Y porqué no? Por qué no dedicarle las palabras de este final de verano a mis padres? Y no solo a los míos. A los padres de Edu, Quique, Juan, Pekal, de todos los grupos de Campoamor, de los que por desgracia no están...Y en definitiva a todos aquellos padres, madres, tíos y abuelos que apostaron por Campoamor. Gracias por descubrir pero sobre todo gracias por más que volver, regresar. GRACIAS POR QUERER COMPARTIR.

¿Sabéis que? Que cada uno de nosotros somos el conjunto de personas que han estado en nuestra vida. Hemos sido muy egoístas a lo largo de estos veranos, además por cosas insignificantes. Lo verdaderamente importante lo tenemos sin darnos cuenta desde hace tiempo. Porque era cuestión, de eso, de tiempo, encontrarnos: Mi casa, tu grupo, nuestra gente. Y sí, son las decisiones que toman por nosotros las que al final mejor nos convienen.

Podremos estar 6 días, 3 semanas o  no aparecer algún verano, dará igual. Lo importante no será venir sino volver. Y por nosotros sí, pero sobre todo por los que decidieron apostar por ese rincón de Orihuela que tanto anhelamos cada vez que lo echamos en falta.




Por vosotros, seguiremos jugando en casa.

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